Colonia Vidal

Las colonias textiles en Catalunya empezaron a implantarse hacia mediados del siglo XIX; concebidas como “fábricas-ciudad”, no era necesario salir fuera para encontrar escuelas, economatos, teatros, la iglesia... Aunque no eran municipios con entidad administrativa propia, funcionaban de facto como pueblos independientes con una conciencia de clase diferente a la de sus vecinos gracias al "privilegio" de estar empleado en una fábrica, y así no verse abocados a vivir precariamente de lo que diera la tierra o el ganado. Los conflictos laborales eran prácticamente inexistentes, y los propietarios de las fábricas eran "caudillos" que imponían sus manías, caprichos o costumbres según soplara el viento: algunos de ellos mandaban con puño de hierro, otros desde el "paternalismo", y también había beatos devotos que cada domingo pasaban lista en la misa. 

Dichas colonias podían llegar a superar los 3.000 habitantes; la arquitectura de sus edificaciones, heredada del modernismo de la época, fue una auténtica singularidad en entornos hasta entonces plenamente rurales. En el caso de Catalunya, se construyeron sobre todo a lo largo de los ríos Ter, Llobregat y Cardener, ya que las turbinas necesitaban la fuerza del agua para generar movimiento. Cuando el río bajaba menguado de caudal, recurrían al carbón.



Pese a lo novedoso del planteamiento, las colonias tuvieron su auge, su época de máximo esplendor, y su posterior estancamiento que derivó en agonía con el progresivo abandono de la otrora intocable industria textil catalana. La última fábrica cerró a finales de los años 90, lo cual no quiso decir que las colonias quedaran ni mucho menos vacías de vida... Pero ya nada fue lo mismo.

Actualmente, es posible encontrar vecinos en la mayoría del centenar de colonias textiles de Catalunya, e incluso alguna de ellas se ha "museizado" para poder ser visitada. La Colonia Vidal es una de ellas.


Ubicada en el término municipal de Puig-Reig, se empezó a construir en 1.892, y ocho años después se inauguró la fábrica. Contrariamente a la disposición de las otras colonias, las viviendas de la colonia Vidal eran inusualmente amplias (75 metros cuadrados), y además estaban relativamente alejadas de la fábrica, casi un kilómetro de camino.

Una vez repartidas las viviendas y con la fábrica a pleno rendimiento, se fueron incorporando nuevos espacios a la colonia: la iglesia (de asistencia dominical obligatoria), duchas comunitarias, colmado, la escuela, un gran lavadero, un teatro que replicaba el Liceu de Barcelona a escala reducida, e incluso la primera sucursal que tuvo la Caixa de Manresa fuera de la capital del Bages. Cal Vidal tenía más equipamientos sociales que cualquier otro pueblo de la comarca.
La colonia vivió su momento dorado en la década de los 60, cuando llegaron a vivir allí 700 personas. Los bajos salarios no impedían a sus habitantes decir con orgullo que la suya era la “colonia en la que mejor se vivía”.


Fue de las últimas colonias en construirse… y de las primeras en cerrar. En 1.980, los telares de Cal Vidal enmudecieron para siempre; quince años después, en 1995, se restauró el entorno para reabrir la fábrica y diversas partes de la colonia como un gigantesco museo en el que cohabitan vecinos y visitantes. Muy cerca de la fábrica, estaban la "casa del amo", y la antigua estación del "carrilet”, ferrocarril de vía estrecha construido para transportar el carbón de las minas del Berguedà, y que fue clausurado en 1.973.




















Saludos y buena ruta!

Comentarios

  1. ¡¡¡Je, je, je!!! Veo que se va alargando la cronica,
    lo que no me gusta nada es lo de "la casa del
    amo" Amo solo lo tienen los perros.
    Por lo demas me ha encantado la ruta.
    Saludos.

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    1. No te sorprendas, Destrodelto! "Amo" es una palabra que, en catalán, denomina al jefe sin ánimo de menospreciar...

      Me ha "patinado" la neurona bilingüe jejejeee...

      Muchas gracias por tu seguimiento, feliz año y hasta pronto!

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  2. Como siempre muy interesante, de siempre me atrajeron los lugares abandonados. Es visitable o "tas colao", por curiosidad.
    Un saludo y buen nuevo año.

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    1. Plenamente visitable los domingos, Cristalines... Si un dia pasas por aquí, no te decepcionará.

      Saludos y por un año lleno de kilómetros de felicidad!

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