Selgua-Barbastro
A mediados del siglo XIX, las ciudades de Zaragoza y Barcelona quedaron unidas por el ferrocarril. Barbastro, la tercera ciudad de Huesca, se quedó fuera de aquel camino por apenas 20
kilómetros. Su actividad fabril y social justificó idear una solución para su aislamiento, y en 1.861 se presentó el proyecto de un ramal ferroviario que conectara Barbastro con el municipio más cercano con estación, Selgua. Tan modesto era su planteamiento, que al principio estaba previsto que circularan tranvías “de sangre”, tirados por caballos. Cuatro años más tarde se modificó el proyecto, incluyendo esta vez un ferrocarril ordinario.
Finalmente, en 1.880, se inauguró la línea Selgua-Barbastro, con una sola parada en Castejón del Puente. Conocido como “La burreta”, este ferrocarril se convirtió rápidamente en un símbolo de Barbastro.
En Selgua, la "burreta” coordinaba sus propios horarios con los trenes de la línea Zaragoza-Barcelona, de manera que siempre coincidían los dos convoyes en sus respectivos lados del andén, y los pasajeros podían transbordar dando cuatro pasos.
Durante buena parte de su vida, la línea fue impulsada por locomotoras
de vapor, aunque a finales de los años 50 se introdujeron las incipientes locomotoras
diésel, y más tarde un sencillo automotor.
La década de los 60 marcó el declive de la línea, hasta llegar a la clausura para pasajeros en 1.969. El ramal continuó abierto para mercancías, principalmente
vagones cisterna de las instalaciones de CAMPSA. Cuando la petrolera cerró las instalaciones en 1983, la línea quedó definitivamente
fuera de servicio.
Varias décadas después, todavía es posible seguir el recorrido del ferrocarril, cada vez más desmantelado o desaparecido entre la vegetación. Esta ruta empieza en Barbastro, cuya estación fue demolida; en su lugar ahora hay un centro de congresos y unos bloques de pisos. Algunos raíles asoman furtivamente entre el asfalto de las calles.
En la salida de la ciudad todavía resiste alguna señal indicadora de madera, y tras dejar atrás el solar del antiguo cuartel militar, los raíles desaparecen bajo un puente lleno de basura, reapareciendo éstos a pocos centenares de metros, en paralelo a la carretera N-240, y sepultados bajo una densa capa de vegetación salvaje. Antes de llegar al polígono industrial, es fácil ubicar el camino del ferrocarril siguiendo las trincheras y un corto túnel -el único de la línea-, con restos de hollín en su bóveda.
A las afueras de Castejón del Puente está el único apeadero de la línea, completamente en ruinas.
Selgua es una localidad sin ayuntamiento, dependiente de Monzón. A las afueras está la estación, austera pero con cierta entidad, actualmente cerrada a cal y canto. Los raíles de la difunta línea de Barbastro se unen con la línea principal. Diversos negocios y viviendas se marcharon con el ferrocarril, dejando tras de sí el cascarón de un edificio abandonado.
La estación de Selgua tan sólo ve pasar un tren de pasajeros por sentido y día, que conecta Lleida y Madrid en siete interminables horas. Lo demás son trenes de mercancías.
La estación de Selgua tan sólo ve pasar un tren de pasajeros por sentido y día, que conecta Lleida y Madrid en siete interminables horas. Lo demás son trenes de mercancías.
LSaludos y buena ruta!
Pues a mi me ha gustado mucho esta crónca. Y guardo un gran recuerdo de cuando gdelasheras y yo estuvimos... Pero no me sabía la historia de los seminaristas
ResponderEliminarMuchas gracias por la aceptación, saludos y buena ruta!
Eliminarme encanta, en la iglesia de San Francisco, fuy bautizado, en 1969 y 7 años mas tarde la comunion en la de los escolapios, de toda la historia de la guerra, mi madre nos conto todo lo que paso, gracias a dios hoy tiene 83 años, y ya hace tiempo que no hablamos de estos temas. eres un crak, sigue siendo asi, saludos.
ResponderEliminarHola, José Luis! Ya sabía que eras de la zona, pero desconocía que tuvieras una relación tan estrecha con los sucesos aquí contados: de haberlo sabido, cuenta con que te hubiera hecho un montón de preguntas vía mensaje privado ;-)
EliminarEspero que todo OK con el rosco, a ver si nos vemos pronto, que ya hace mucho que no coincidimos... Un abrazo y buena ruta, grandullón!
Después de tantas crónicas, aún consigues sorprendernos con nuevas y distintas aventuras.
ResponderEliminarY además, de paso nos "culturizas". ¿Qué puedo decir? Sigue así!
¿Qué más le puedo decir al más incansable de mis lectores? Pues que, una vez más, gracias por tu seguimiento, sin duda fruto de un discutible criterio literario jejeje...
EliminarUn abrazo y (a ver si es verdad) hasta pronto!
Estoy de acuerdo contigo cuando se habla de fosas comunes siempre se nos viene a la
ResponderEliminarmente las atrocidades de un solo bando, pero no es menos sierto que se cometieron
fechorias por ambas partes, actuando de manera impunes, con la unicas escuza de la
guerra.
Gracias.
Un trabajo increíble este que nos muestras. Un lección de historia que ayuda a no olvidar, y ayuda a no repetir.
ResponderEliminarFelicidades por esta buena entrada.
Un saludo.
Gelu.
Gracias, Gelu! Saludos y buena ruta ;-)
Eliminareres un hacha(estraleta)como dicen en barbastro o mas conocido como BARRANQUÉ yo naci alli hace ya 55 años me case tuve mi primera hija,cuando era niño colocaba monedas de diez centimos el la via de este tren frente al cuartel de los militares,mas mayor trbaje en un bar frente a dicho cuartel BAR SISI,etc,gracias por hacerme recordar estos momentos saludos
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, gracias por el halago y un saludo! ;-)
EliminarMuchas gracias por este recorrido!!!
ResponderEliminarSergio
aqui-hubo-barbastro.blogspot.com
Gracias por el apoyo, Sergio! Tu blog también pinta estupendo, es una gran herramienta para conocer el Barbastro de hoy... y de ayer.
EliminarSaludos!